Problematización de la categoría mujer.

Problematización de la categoría mujer.

Para un desarrollo adecuado de la temática de la redacción creemos importante responder a las siguientes cuestiones: ¿qué se entiende por problematizar la categoría mujer?, ¿existe una esencia biológica de la mujer?, ¿el concepto mujer es una creación cultural? ¿qué problema genera la esencia y el concepto de mujer respecto a la libertad?, ¿frente a qué tipo de filosofía reacciona Simone de Beauvoir? A continuación comenzaremos por explicar el tema de la redacción sirviéndonos de un ejemplo histórico del pasado.

Galileo, Copérnico y Kepler, problematizaron y cuestionaron el sistema geocéntrico  como una teoría definitiva sembrando la duda sobre dicha concepción a partir de un análisis científico. Finalmente el planteamiento de dichos científicos supuso toda una revolución científica y un cambio de paradigma en el modo de concebir a la ciencia y el universo. De un modo similar, el objetivo de Simone de Beauvoir es introducir la duda en un concepto, idea o categoría del que supuestamente todo el mundo conoce su significado, esto significa problematizar. Por categoría entendemos un término o idea que abarca un conjunto de características que define o delimita una realidad, en este caso, el ser mujer. El primer problema que manifiesta Simone de Beauvoir es precisamente que aunque exista una definición de mujer en el diccionario, que todo el mundo dé por buena y definitiva, al igual que el modelo geocéntrico en el pasado, en realidad, no sabemos lo que es ser mujer, y es que Simone de Beauvoir (S.B) busca conocer la verdad sobre la mujer y para ello provoca una  revolución feminista. Veamos cómo problematiza la categoría mujer desde el punto de vista biológico con un ejemplo.

La vida misma de S. B es un buen ejemplo ya que desde el punto de vista biológico pertenece a la especie homo sapiens hembra, por tanto, su realización plena, desde el punto vista de la biología, vendría por aparearse y tener prole, (opción que libremente rechazó sin dejar de ser mujer). Por eso rechaza en la introducción de El Segundo Sexo, la definición de la biología y la fisiología sobre el concepto de mujer: “Ser mujer es tener útero”. La razón por la que rechaza esta definición es porque según S.B no todo el mundo está de acuerdo con esta definición, y que no bastan unas determinadas características anatómicas y fisiológicas para definir una mujer, pues hay seres humanos que tienen esas características pero que no son consideradas mujeres. Porqué no son consideradas mujeres, lo veremos en el siguiente párrafo también a partir de un ejemplo.

Mujer que en su corpulencia o acciones parece un hombre”, esta definición de marimacho por el DRAE es un buen ejemplo de lo que S.B nos quiere explicar con la otra definición cultural de mujer que se corresponde con el eterno femenino. Según S. B, el eterno femenino es una creación y modo de valoración cultural en el que somos educados. Este concepto de eterno femenino dice que no bastan las características fisiológicas, sino que además a la mujer le corresponden las siguientes características: más sensibilidad, pasividad, sensualidad, emotividad, dependencia del hombre, ama de casa… En este sentido al hombre se le atribuye ser el punto de vista neutro, normalizado, general, objetivo y esencial, frente al de la mujer que sería particular, raro, parcial, subjetivo e inesencial. De esta forma la sociedad, la civilización y la cultura arbitrariamente desequilibran e implantan la asimetría en la relación hombre-mujer consolidándose la cultura del patriarcado. Esta injusticia ya fue denunciada por los racionalistas e ilustrados que consideraban que tanto el hombre como la mujer poseen la misma razón y son capaces de las mismas posibilidades. Pero la solución a este problema no es negar el concepto mujer, como no lo sería negar el alma negra o judía, pues esta negación no solucionaría el problema, porque, por el simple hecho de negar algo no se sigue que desaparezca la desigualdad salarial, la doble jornada laboral de cada mujer concreta en casa y en el trabajo, el techo de cristal… Esta desigualdad y asimetría hombre-mujer S.B cree que puede ser superada desde la filosofía existencialista que pasamos a explicar mediante un nuevo ejemplo.

Es todo un acontecimiento global la celebración, la última semana de junio, del día del Orgullo LGBT,  en conmemoración de los disturbios de Stonewall (Nueva York). Fiesta en la que lesbianas, gays, bisexuales y transexuales celebran que ninguna persona debe avergonzarse de lo que es, sea cual sea su sexo biológico, su orientación sexoafectiva, su identidad sexual o su rol de género. Este tipo de celebración refleja toda una concepción de la existencia que se nutre de la filosofía existencialista. Esta filosofía afirma que la existencia precede a la esencia, es decir, el ser humano no está determinado por ningún tipo de concepto o esencia psicológica, biológica o económica, el ser humano es lo que él libremente decida ser, es la libertad la que nos da el ser. En este sentido la filosofía existencialista en la que se inscribe el pensamiento de S.B afirma que el ser humano es para-sí, es decir, libertad que se realiza en proyectos transcendiendo cada momento hacia una nueva condición elegida y asumida. Cuando el ser humano renuncia a esta libertad pasa a ser un en-sí, es decir,  un concepto, una categoría, una idea o un prejuicio como lo puede ser el hecho de afirmar que la mujer tiene un destino biológico, psicológico o económico, que es frente a lo que reacciona S.B. afirmando que no se nace mujer, se hace. En este sentido, la filosofía de S.B es una reacción frente a otro tipo de filosofías como veremos seguidamente.

La hembra es hembra en virtud de cierta carencia de cualidades” decía Aristóteles que era de formación biológica y prácticamente negaba a la mujer la condición racional; “debemos considerar que el carácter de la mujer sufre de una defectuosidad natural” afirmaba Tomás de Aquino; Descartes, por su parte, aceptó seguir las normas y costumbres de su país en su moral por provisión, lo que parece entrar en contradicción con lo que dice en el discurso del método: “la razón o buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo”, las consecuencias de esta afirmación las sacará un discípulo suyo, Poulain de la Barre, que en base a los principios de Descartes, exigía el derecho a la educación de la mujer por estar dotada de razón, pero a la vez denunciaba que “todo cuanto han escrito los hombres sobre las mujeres debe ser sospechoso, pues son a un tiempo, juez y parte” .  Desafortunadamente la filosofía posterior a la ilustración supuso en algunos casos un paso hacia atrás.

El vitalismo, por ejemplo, de Schopenhauer o Niestzsche afirman que el ser humano es un títere en manos de una fuerza vital e imparable. Nietzsche concretamente habla del ímpetu vital y de la voluntad de poder de la vida como clave metafísica de toda la realidad. En este sentido llega a decir que en toda mujer se oculta una esclava, por su condición biológica para dar vida, y una tirana porque lo decidirá todo en función de su vida, que es el dar vida. Afirma que es un ser incapaz de la amistad por esta doble condición. Incluso llega a afirmar, “Si vas con mujeres, no olvides el látigo”. Pero esta comprensión de la mujer y del ser humano en general como esclavo en manos de una fuerza de la vida es afirmada desde otra perspectiva por el psicoanálisis de Freud que afirma que el ser humano es un títere en manos de la energía incosciente. Por su parte Marx afirma que la historia está regida por una lucha de clases entre opresores y oprimidos que se manifestó en forma de amo-esclavo, edad antigua, señor y siervo de la gleba, edad media, y capitalista y proletario. Esta visión ofrecer una visión muy disminuida del espacio de la libertad humana. En este contexto S. B reclama la libertad por encima de los condicionantes fácticos de la biología, psicología y economía, como la clave que distingue al ser humano del resto de seres vivos y lo hace reivindicando la igualdad entre hombres y mujeres, pues la mujer tiene más dificultades que el varón para la libertad por la facticidad en la que vive.


En conclusión, S.B intruduce la duda en el concepto o categoría de mujer para reivindicar la libertad; esta duda la logra cuestionando el concepto biológico de mujer y el cultural de eterno femenino; esta negación de la categoría mujer lo hace desde un planteamiento filosófico existencialista que reivindica la libertad y la condición para-sí del ser humano como clave de comprensión última o metafísica; de esta manera S.B consigue cuestionar teorías filosóficas tan importantes como el psicoanálisis, el vitalismo de Nietzsche, el materialismo histórico, el aristotelismo, el tomismo etc. El cuestionamiento de estas teorías se resumiría en la famosa frase de no se nace mujer, se hace.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El existencialismo de Simone de Beauvoir, desarrollada en la resolución de un examen EBAU. Clara Ruiz, Antonio Suarez, Yianquian Ye. 2B

EL CONCEPTO DE SUJETO SITUADO. Por Clara Ruiz, 2ºB.

Lectura feminista de la dialéctica hegeliana del amo y del esclavo: la mujer como Otro en la sociedad patriarcal. Por Raúl Vargas 2ºA.