El existencialismo de J.P. Sarte y su influencia en el pensamiento de S. de Beauvoir.Miguel Ángel Torá Asensio 2ºBAT A
Miguel
Ángel Torá Asensio
2ºBAT A
El
existencialismo de J.P. Sarte y su influencia en el pensamiento de S.
de Beauvoir.
Para
un buen desarrollo de la temática de la redacción creemos
conveniente responder a las siguientes preguntas,
¿En
qué consiste el existencialismo de J.P. Sartre?, ¿Qué influencia
dejó J.P. Sartre en el pensamiento de Simone de Beauvoir?, ¿Que es
la moral existencialista y a que se refiere S. de Beauvoir con el
“bien” y el “mal”?, ¿Qué es el sujeto situado? Y por último
¿De que marera relaciona Simone de Beauvoir el existencialismo con
la situación de la mujer?
El
existencialismo es una corriente filosófica que se desarrolla en
Europa en la primera mitad del siglo XX. La publicación en 1943, de
El ser y la nada, de
Sartre podría
considerarse como punto de partida del existencialismo ateo francés.
Según Sartre el primer principio del existencialismo se encuentra en
la afirmación de que, en el ser humano, la
existencia precede a la esencia.
Esto quiere decir que los seres humanos no pueden caracterizarse en
virtud de una cierta naturaleza común a todos los individuos, si no
que cada individuo concreto no es más que lo que hace a lo largo de
su vida. El existencialismo de Sartre afirma que no hay Dios que
conciba al ser humano en algún sentido. Por ello el ser humano puede
elegir cómo hacerse, por lo que es, inevitablemente, libre
y también, responsable
de lo que haga de sí mismo. Además, el existencialismo es un
humanismo
porque afirma que no hay más legislador que cada ser humano concreto
y singular.
Al
mismo tiempo, la elección que hace un individuo singular en su vida
involucra
a los demás, en
relación a los cuales se realiza el proyecto propio. Esto hace que
la responsabilidad de cada uno sea mayor ya que sus decisiones pueden
repercutir sobre la humanidad. Por ello, según Sartre, la conciencia
de la responsabilidad puede producir
angustia,
que manifiesta todo aquel que sabe que al decidir opta por una vía y
deja de lado otras posibilidades que ya no van a desarrollarse.
Pongamos un ejemplo de esto, imaginemos a Trump, actual presidente de Estados Unidos, que ha sido atacado
por Kim Jong-un y tiene los misiles listos para contraatacar y solo
le tiene que dar a un botón para enviarlos, en este momento Trump
estaría frente a una situación de angustia ya que si lo hace puede
afectar a la humanidad entera provocando una nueva guerra mundial y
ya no podría volver atrás, pero si no lo hace no sabría lo que
pasaría. Por todo lo dicho anteriormente, Sartre defiende que vivir
es necesariamente elegir al actuar por eso el ser humano es libre y
esta libertad produce angustia. En esta forma de entender la
existencia fue en la que J. P. Sartre influyó en Simone de Beauvoir.
Sartre
influyó en el pensamiento de Beauvoir con su existencialismo ateo el
cual tenía como principal característica la que afirma que en el ser humano, la existencia
precede a la esencia, el
cual comparte Beauvoir. Ya que, existir
es hacerse mediante proyectos libres y solo hay ser cuando actúa
inventándose los fines de su acción. Por el contrario, la
esencia
es
el conjunto de características que se le atribuyen a algo de una
manera predeterminada, por lo cual ,si
nos fijamos en la mujer en el pasado, la esencia precedió a la
existencia, ya que, los hombres le impusieron a las mujeres una serie
de características las cuales pareciera que al ser mujer comportaría
tener, tales como
que ser madre, asumir el papel de un ser emocional antes que
racional, despertar
el erotismo del varón,
etc.
eliminando
la condición más importante de la mujer: su libertad.
Por lo cual, para que se consiga la igualdad se tendría que revertir
el proceso dejando a las mujeres que decidan y actúen por ellas
mismas sin imponerles características de manera predeterminada ya
que según Beauvoir en su perspectiva de la moral existencialista
dice que el acto de decidir y actuar por uno mismo es lo que define
al ser humano, por ello es sobre todo, libertad.
Pero, ¿que es la moral existencialista?
La
moral existencialista es una moral
de acción y de compromiso.
Esta moral dice que, los seres humanos han de hacerse a sí mismos a
través de sus decisiones y han de establecer sus propios fines e ir
constituyéndose a través de sus acciones y lo que define a un ser
humano es decidir
y actuar, por
si solos, en otras palabras lo que verdaderamente define al ser
humano es la libertad.
Pero esta acción que uno decide, y en la que cada cual se
compromete, no es estrictamente individual, ya que cada ser humano
se capta a sí mismo necesariamente en relación a otras personas. Se
necesita el reconocimiento de los demás para ser consciente de uno
mismo. Por ello podemos decir que la libertad se realiza en un marco
de intersubjetividad, ya que la libertad propia, afecta al desarrollo
de la libertad de los demás. Además
Beauvoir define también al ser humano como “mitsein”,
“ser-con-otros”, existencia
compartida,
que dice que cada acción que se realice puede ensanchar las
posibilidades de acción de los demás o puede obstaculizarla. Por
ejemplo,un entrenador puede elegir ser bueno o no, pero esa decisión
afectará de manera positiva o negativa a sus jugadores dependiendo
de lo que elija. Por esta razón, cada individuo está moralmente
obligado a realizar su libertad y querer al mismo tiempo la libertad
de los demás. Por tanto, el “mal”
en el planteamiento beauvoireano consiste en obstaculizar la libertad
a los demás o renunciar uno mismo a ella, por otro lado, el “bien”,
consecuentemente, consiste en procurar oportunidades para la acción,
en facilitar la libertad de los otros y asumir la libertad propia.
Pongamos un ejemplo, le relación amo-esclavo, esta relación se
construyó en base a la “mal” moral, ya que, el amo se impuso
sobre el esclavo pudiendo decidir sus acciones mientras que el
esclavo salía
perjudicado
de esto, ya que, esas decisiones obstaculizaban las decisiones de los
esclavos rebajándoles así su libertad y además los esclavos no
hacían nada por reivindicarse, ya que, salían perdiendo, y por
ello, renunciaban a su libertad.
Esto ocurre con la mujer, ya que, los hombre toman sus propias
decisiones obstaculizando la libertad de las mujeres y mientras, las
mujeres renuncian a su libertad, ya que, renuncian a actuar y decidir
por si mismas subordinándose al hombre.
Todo
sujeto humano se encuentra en una situación determinada y no todas
favorecen a la libertad. La situación
es
el marco, el contexto complejo, en que ha de decidir los fines de su
acción. La opresión que los varones han ejercido sobre las mujeres
a lo largo de la historia ha
en la mayor parte de las sociedades ha ido forjando para estas una
situación que impide, en mayor o menor medida, la autonomía de las
mujeres, por ello se puede decir que la mujer “ha caído en la
inmanencia”, “caer en la inmanencia” significa perder la
autonomía que caracteriza al sujeto. Supone degradarse en un
“en-sí”
lo que conlleva el dejar de ser posible elegir la dirección de la
vida y proyectarse hacia el futuro. La
consciencia es, sin embargo, “para-si”, indeterminación y
trascendencia, que hace que los seres humanos sean seres históricos.
Por lo tanto, el ser humano es siempre sujeto
situado, “sujeto”
porque ha de decidir para ser, pero “situado” porque la situación
se efectúa en un complejo contexto concreto. Por ejemplo en el caso
de la mujer, este
contexto puede ejercer una presión psicológica si la mujer para ser
reconocida necesita de un marido como pasaba en la sociedad
patriarcalista, así como su condena a la dependencia económica del
marido o la presión que tenía a la hora de tener hijos, ya que, si
no los tenía, era despreciada, etc.
En
cuanto a la situación de las mujeres, Beauvoir considera que esta
situación a la que la mayor parte de estas han sido confinadas es
ambigua, porque aunque como todo ser humano, son libertad autónoma,
los hombre les han impuesto que vivan en dependencia respecto a
ellos, como si ellos fuesen los únicos sujetos. Mientras los hombres
y las mujeres no se reconozcan mutuamente como sujetos, las
relaciones entre ambos serán insatisfactorias. Por ello, mientras
esto no ocurra los conflictos entre hombres y mujeres adoptarán
formas diversas a lo largo de la historia. Como ya hemos comentado
anteriormente el existencialismo se relaciona con la situación de la
mujer en que los hombres se imponen a ella no dejándolas decidir y
actuar, además son criadas desde pequeñas, de manera que acepten la
superioridad de las hombres y “dimiten” o “abdiquen” a su
libertad. Los comportamientos de esta “dimisión” de las tareas
propiamente humanas, las perjudica, ya que pierden su autonomía,
pero también es perjudicial para ellos, ya que se ven obligados
actuar continuamente para mantener ese sometimiento.
En conclusión, el
existencialismo es un humanismo porque afirma que no hay más
legislador que cada ser humano concreto, es decir, que cada individuo
es libre y también, responsable de lo que haga de sí mismo, por lo
que, tiene que decidir y actuar para encontrar la libertad. Una de
las principales características del existencialismo de Sartre era
que la existencia precede a la esencia, la cual influyó en el
pensamiento de Simone de Beauvoir ya que aceptó esa afirmación. La moral existencialista, que era la perspectiva que
adoptaba Beauvoir, es una moral de acción y de compromiso. Esta
moral dice que lo que define a un ser humano es decidir y actuar, sin
obstaculizar a los demás para que ellos puedan decidir y actuar
también y todo el mundo pueda llegar a alcanzar la libertad. El ser
humano es siempre sujeto situado, “sujeto” porque ha de decidir
para ser, peo “situado” porque la situación se efectúa en un
complejo contexto concreto. En cuanto a la situación de las mujeres,
Simone de Beauvoir la considera ambigua, porque los hombre les han
impuesto a las mujeres que vivan en dependencia respecto a ellos,
como si ellos fuesen los únicos sujetos.
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